jueves, 31 de enero de 2013

Cifras que hablan

La lengua, a pesar de que es imprescindible para su existencia, no suele ocupar mucho espacio en los medios de comunicación. El informe anual del Instituto Cervantes sobre la situación del español la ha convertido en protagonista durante los últimos días. El Instituto Cervantes, dedicado a la expansión y la enseñanza de la lengua española y una de las instituciones culturales españolas mejor valoradas, analiza anualmente los datos estadísticos del español a lo largo de este mundo nuestro, tan grande y tan inhóspito y a la vez tan cercano y tan accesible.

Aunque las cifras nos parezcan frías a los que somos amantes de las letras, no dejan de ser reveladoras. Y los números del español revelan sobre todo un potencial económico y demográfico imparable y una presencia extraordinaria en la omnipresente red de redes. Revelan además que este potencial anima cada día a más estudiantes y profesionales a acercarse al español como una segunda lengua productiva para sus carreras y sus vidas laborales. Es la segunda lengua en el conjunto de la red social Twitter y presume de casi 500 millones de hablantes. Nos acercamos al momento en que podremos comunicarnos en español con una de cada diez personas en el planeta.

Lo que estas alentadoras e incuestionables cifras no nos aseguran es que los hablantes de español tomemos conciencia de la importancia cultural y económica de nuestra lengua, que empecemos a defender su uso correcto y prestigioso. Nos va el futuro en ello, y no solo el futuro de nuestra identidad y nuestra cultura en el mundo, sino el futuro económico, ese que parece ser el que más le importa a la gran mayoría.

miércoles, 23 de enero de 2013

Contracciones

Aunque en otras lenguas son muy frecuentes, en español disponemos solo de dos contracciones: al y del. Resultan de la combinación de las preposiciones a y de con el artículo el (a + el = al; de + el = del). Cuando estas preposiciones van seguidas de este artículo en la secuencia oral o escrita las dos vocales que quedan en contacto se funden en una sola. Sin embargo, hay tres casos en los que esta contracción no se produce. Conocerlos nos ayudará a resolver dudas en nuestra expresión escrita.

No contraemos la preposición y el artículo en los casos de nombres propios en los que el artículo el forma parte integrante de la denominación. Un ejemplo de un nombre propio referido a persona: La exposición de pintura de El Bosco despierta interés en su inauguración. Sucede de igual forma si se trata del título de una obra. La mayoría de los visitantes se concentraron delante de El jardín de las delicias.

Si el nombre propio es un topónimo, es decir, se trata de un sustantivo que se refiere a un lugar o a un accidente geográfico, se aplica la misma regla. Si el artículo está incluído en el nombre propio no se produce la contracción: los habitantes de El Salvador; una visita a El Cairo. En cambio, si el artículo no forma parte integrante del nombre propio, la contracción es preceptiva: las calles del Perú, las aguas del Caribe, con vistas al Atlántico.

La presencia de un signo de puntuación, como las comillas, entre preposición y artículo impide también la contracción: Lo tildó de "el más tigre del barrio".

Probablemente, como me ha pasado a mí, se han encontrado en la duda más de una vez. Manejar estas sencillas reglas puede sacarlos de un apuro.

    

sábado, 19 de enero de 2013

Un cafecito

        Todos hemos oído hablar de diminutivos y aumentativos; pero no siempre sabemos que cotidianamente los usamos como apreciativos. En ellos ponemos mucho de nosotros mismos porque nos sirven para teñir las palabras de nuestras valoraciones personales, ya sean estas positivas o negativas.

    Seguro que saben de qué les hablo si les pido que me brinden un cafecito. Cuando opto por el diminutivo no me estoy refiriendo al tamaño de la taza ni a la cantidad de café, sino que elijo expresar mi apreciación por la bebida y por el gesto de brindarla o de compartirla en buena compañía. Si, por el contrario, me refiero a alguien tildándolo de personajillo, caballerete o jefecillo, no trato de destacar su tamaño corporal sino de incluir un matiz despectivo en mis palabras.

    Para expresar la apreciación o el desprecio podemos valernos también del aumentativo. Un carrazo puede despertar admiración no solo por su tamaño. Creo que no tengo que aclararles la apreciciación que implica (tamaño incluído o no) un apelativo como mujerón.

    Debemos tener presentes dos apuntes ortográficos. El sufijo aumentativo –azo/aza se escribe con zeta; serán siempre barbarazos y barbarazas. Las variantes del diminutivo -cito/cita o –cillo/cilla se escriben con ce; serán siempre papacitos y mamacitas.

    Las lenguas son sistemas estructurados. Nada –o casi nada- en ellas sucede al azar. Conocer la gramática de los apreciativos, de los que tan a menudo echamos mano para conseguir expresividad, puede ayudarnos además a evitar errores ortográficos. Me despido. Adiosito.

jueves, 10 de enero de 2013

Nuevo año

    El año 2013 será un año académico por excelencia. Aunque la labor que realizan día a día las veintidós academias de la lengua española repartidas por todo el mundo no se detiene, hay años en los que recogemos los frutos de este estudio continuo y los ponemos a disposición de todos los hablantes de español. En cada academia hemos estado revisando el actual Diccionario de la Lengua (DRAE) para comprobar lo que sobra, lo que falta y lo que hay que mejorar. Seguiremos haciéndolo a lo largo de 2013. Una nueva edición, digital y en papel, de esta obra imprescindible servirá como colofón de la conmemoración del tercer centenario de la fundación de la Real Academia Española que culminará en 2014.

    Para el centenario de la Academia Dominicana de la Lengua, fundada en 1927, todavía nos falta un poco pero no crean que no vamos a sumarnos, y de qué forma, a la celebración. El próximo año verá nacer el Diccionario del español dominicano, una obra en la que nos hemos empeñado la Academia y la Fundación Guzmán Ariza pro Academia Dominicana de la Lengua, que ha financiado este ambicioso proyecto lexicográfico. Tendremos el orgullo de estar entre los primeros países de Hispanoamérica en disponer de un diccionario que registre lo diferencial de su riqueza léxica en un formato actualizado y conforme a las técnicas más actuales de la lexicografía. Componer un diccionario no es paja de coco. La compensación llega cuando vamos viéndolo surgir y tomar forma y personalidad. 2013 será testigo de nuestra alegría cuando definitivamente lo demos a la luz, lo pongamos en sus manos y, como pasa casi siempre con los diccionarios, empecemos a pensar en cómo mejorarlo.